lunes, 23 de julio de 2012

TODAS LAS TARDES el Señor Maitreya alza sus brazos e irradia una poderosa bendición.




TODAS LAS TARDES
     Todas las tardes, a la hora exacta en que se pone el sol, debajo de un pino de su jardín en los Montes Himalayas, en el Lejano Oriente, el Señor Maitreya alza sus brazos y, con las benditas palmas de sus manos abiertas y extendidas, irradia una poderosa bendición que expande delante de su Ser en estado de profunda meditación. 
Desde el Corazón Diamantino del Señor Maitreya, una incontenible y envolvente radiación de amor de color Rosa, con el resplandor Dorado de Su Ser, se expande radialmente, teniendo como centro de irradiación su Presencia, y se ancla en el lugar donde alguien ora o simplemente recuerda este hecho a la hora del crepúsculo. 
Esta Bendición circunvala el planeta con los rayos solares, llegando a cada rincón geográfico cuando en ese lugar es la hora del poniente. Cuando veamos el atardecer con el dorado sol de los venados, recordemos que es: "La hora de la Bendición de Maitreya".
     A la hora en que nos sorprenda la caída de la tarde, no importa la ciudad o el país donde vivamos o estemos, visualicemos al Señor Maitreya, vestido de túnica blanca con bordes dorados, debajo del pino de su jardín en los Himalayas, con sus manos extendidas, bendiciéndonos a nosotros, nuestra ciudad y nación. En ese momento, podemos afirmar: 
"Yo Soy absorbiendo, expandiendo y proyectando la bendición que el Señor Maitreya envía desde el pino de su jardín en los Himalayas".


Del Libro MAITREYA (pág. 11-12) - Autor: RUBÉN CEDEÑO-Edición conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN DEL GRUPO METAFÍSICO DE CARACAS SEDE CENTRAL & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA