miércoles, 29 de enero de 2014

La Salud es un Estado de Armonía del Cuerpo

INARMONÍA

Lo primero que hay que aprender de la sanación o curación es que la salud es un estado de armonía del cuerpo, y la enfermedad es una inarmonía.

Tanto la armonía como la inarmonía son elementos de la música.

Cuando el cuerpo tiene su acorde perfecto –como do-mi-sol- bien afinado, no tiene porqué enfermarse; pero si una nota de ese acorde está un poco más baja o más alta, entonces los armónicos que produce en el piano o cualquier instrumento, van a realizar una repercusión de inarmónicos, que descomponen toda la consonancia.

Los armónicos son notas que suenan sin haberse tocado, porque vibran como respuesta a otro sonido.

Si nosotros tocamos un “do”, suenan otras notas que no se tocaron, pero que son sus armónicos y se oyen es escala ascendente hasta el infinito

Esto es semejante a vivir armónicamente, a vivir saludablemente con nuestro cuerpo y nuestro entorno.

Si hay un sonido desafinado, va a despertar desafinaciones por todos lados.

Esto es semejante a vivir inarmónicamente, lo que produce enfermedades hasta donde no las hay.

Rubén Cedeño: libro: “Cúrate a ti mismo”.
Editorial Manifestación, Editorial  Dioses Merú & Editorial Señora Porteña.


Para que todo se inunde de salud, afirma “YO SOY SALUD”


“YO SOY SALUD”

El Espíritu es nuestra máxima expresión de vida, de existir, de ser.

El “YO SOY” es tu Espíritu puro y perfecto, tu único Ser real.

El “YO SOY” es igual a Dios.

El “YO SOY”, o Dios en ti, es un Fuego Electrónico de un resplandor solamente comparable al de mil soles.

Él es toda la máxima salud que puedas anhelar.

El “YO SOY” es perfecto, jamás puede enfermarse.

Cuando se dice “YO SOY”, es como si todo el universo manifiesto se paralizara para ver el calificativo que le sigue; y si éste es, por ejemplo, “Yo Soy Salud”, todo se inunda de Salud.

Si, por el contrario, se afirma un calificativo negativo, como cualquier enfermedad, también se manifestará.

Por eso es que siempre que se use el Verbo Sagrado “YO SOY”, debe ser para bendecir tu corriente de vida y la de toda la humanidad en Salud.

Rubén Cedeño; libro: “Cúrate a ti mismo”.
Editorial  Manifestación, Editorial  Dioses Merú & Editorial Señora Porteña.


HAGAMOS ESTOS TRATAMIENTOS DE PROVISIÓN A DIARIO

TRATAMIENTOS DE “PROVISIÓN DIVINA”

“Yo Soy” la belleza de La “PROVISIÓN DIVINA”.

La “PROVISIÓN DIVINA” me purifica.

La “PROVISIÓN DIVINA” me hace bello y radiante.

La “PROVISIÓN DIVINA” me asciende.

La Fuerza de La “PROVISIÓN DIVINA” me  resucita y me da Vida.

La “PROVISIÓN DIVINA” me hace invisible e invencible a toda escasez humana.

La “PROVISIÓN DIVINA” es Disciplina.

Rubén Cedeño: libro: “Provisión”.
Editorial Manifestación & Editorial Señora Porteña.


"YO SOY" UN CENTRO FOCO DE LA LLAMA DE LA "PROVISIÓN DIVINA"

“YO SOY” UN FOCO DE LA “PROVISIÓN DIVINA”

“Yo Soy” un foco de La “PROVISIÓN DIVINA” de Dios, que arde, irradia e ilumina a todos aquellos que me rodean, tienen que ver conmigo, mi familia, el trabajo, el vecindario, el grupo y todos los demás.

“Yo Soy” un centro foco de la Llama de La “PROVISIÓN DIVINA”, que ahora se expande en círculos, envolviendo e inundando todo a mi alrededor en este lugar donde estoy, más allá de este sitio y conglomerado humano, por todo este barrio y aún más lejos, por la totalidad de esta ciudad, y se expande por todo este país, eclosionando en todo el continente, hasta llegar a cubrir el planeta Tierra y el Universo, de manera incluyente, envolviendo al mundo.

Vivencio La “PROVISIÓN DIVINA” en todo lo que hago, oigo, siento, veo, saboreo y huelo.

Rubén Cedeño: libro: “Provisión”.
Editorial Manifestación & Editorial Señora Porteña.


CONFORMEMOS UNA BRILLANTE PIRÁMIDE DE CRISTAL, EN NUESTRO INTERIOR

EN NUESTRO INTERIOR, CONFORMEMOS UNA BRILLANTE PIRÁMIDE DE CRISTAL

La Pirámide está conformada por cuatro triángulos de cristal, que representan los cuerpos físico, etérico, astral y mental purificados; también simboliza los cuatro puntos cardinales hacia donde se debe expandir la conciencia, teniéndola integrada dentro del Ser; igualmente, son los cuatro Pilares de la Metafísica.

Pero hay que ponerse a ver si esos cuerpos, la expansión hacia cada punto cardinal y los Pilares están en nuestra conciencia de forma transparente, como los lados de la Pirámide.

Una cara de la “Pirámide de Cristal” es nuestro mundo físico, que debe ser totalmente cristalino; sin mentiras, de estar empañado por algo, hay que dedicarse a purificarlo.

El cuerpo etérico es otra de las caras de la “Pirámide”, y ha de ser devuelto a su estado cristalino; debe dejar de estar oscuro, abandonando la dieta carnívora, de químicos y comida chatarra, y comiendo saludablemente.

Otra cara de la “Pirámide” es el mundo emocional, que debe dejar de ser una barahúnda incomprensible de confusiones de diversas índoles, y debe ser aquietado, para que solo refleje bondad y agradecimiento a la vida por todo lo bello y bueno que se recibe.

La última cara de la “Pirámide” representa la mente, que debe ser totalmente transparente, con pensamientos positivos, de bondad, sabiduría, amor, belleza, verdad, paz y perdón.

La “Pirámide de Cristal” lleva en su centro una bola de cristal, que simboliza el “Cristo Interno”.

La observación de la vida desde tu mente de cristal, para el desenvolvimiento Crístico proyectado hacia los cuatro vehículos de forma transparente, va a ser un proceso eterno, continuo, de cada día.

Rubén Cedeño: libro: “Rayo Blanco”.

Editorial Manifestación & Editorial Señora Porteña.