miércoles, 29 de enero de 2014

CONFORMEMOS UNA BRILLANTE PIRÁMIDE DE CRISTAL, EN NUESTRO INTERIOR

EN NUESTRO INTERIOR, CONFORMEMOS UNA BRILLANTE PIRÁMIDE DE CRISTAL

La Pirámide está conformada por cuatro triángulos de cristal, que representan los cuerpos físico, etérico, astral y mental purificados; también simboliza los cuatro puntos cardinales hacia donde se debe expandir la conciencia, teniéndola integrada dentro del Ser; igualmente, son los cuatro Pilares de la Metafísica.

Pero hay que ponerse a ver si esos cuerpos, la expansión hacia cada punto cardinal y los Pilares están en nuestra conciencia de forma transparente, como los lados de la Pirámide.

Una cara de la “Pirámide de Cristal” es nuestro mundo físico, que debe ser totalmente cristalino; sin mentiras, de estar empañado por algo, hay que dedicarse a purificarlo.

El cuerpo etérico es otra de las caras de la “Pirámide”, y ha de ser devuelto a su estado cristalino; debe dejar de estar oscuro, abandonando la dieta carnívora, de químicos y comida chatarra, y comiendo saludablemente.

Otra cara de la “Pirámide” es el mundo emocional, que debe dejar de ser una barahúnda incomprensible de confusiones de diversas índoles, y debe ser aquietado, para que solo refleje bondad y agradecimiento a la vida por todo lo bello y bueno que se recibe.

La última cara de la “Pirámide” representa la mente, que debe ser totalmente transparente, con pensamientos positivos, de bondad, sabiduría, amor, belleza, verdad, paz y perdón.

La “Pirámide de Cristal” lleva en su centro una bola de cristal, que simboliza el “Cristo Interno”.

La observación de la vida desde tu mente de cristal, para el desenvolvimiento Crístico proyectado hacia los cuatro vehículos de forma transparente, va a ser un proceso eterno, continuo, de cada día.

Rubén Cedeño: libro: “Rayo Blanco”.

Editorial Manifestación & Editorial Señora Porteña.

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