domingo, 22 de febrero de 2015

Que la Energía Divina de la Señora Fe se manifieste en nosotros!


La Llama Azul en nuestro interior es un dínamo inagotable

VOLUNTAD INTERIOR


     La Fuerza de Dios en nuestro Interior hace que se manifieste solamente la Voluntad de Dios para nosotros, que es el BIEN, expresándose por medio de la Buena Voluntad, la Fe, el Entusiasmo, una protección natural contra el mal y las energías sinistras, y se irradia como una imponente Llamarada Azul de conciencia, que es la Omnipotencia Divina, la que solamente permite el bien, hacer buenas obras en beneficio de los que necesitan auxilio, nos protege ante cualquier peligro, impide cualquier daño, nos transforma cuando no tenemos ánimos y estamos desalentados, dándonos positivismo, porque dentro de nosotros está la fe más grande, que produce confianza y fuerza en todas las cosas, pero conquistándolas con amor. 
La Llama Azul en nuestro interior es un dínamo inagotable de energía, que nos hace capaces de realizar cualquier tarea constructiva. Sólo hace falta que reconozcamos, concienciemos e invoquemos:

"Yo Soy la Llama Azul". 

Cada vez que estemos en peligro, activemos esta afirmación:

"Dios está conmigo y nadie puede estar contra mí". 

Esto nos limpiará de temores y veremos desaparecer el peligro. 

La Llama Azul en nosotros es la protección más efectiva, segura y duradera. La Buena Voluntad Divina está muy desarrollada en los buenos reyes, gobernadores, presidentes, directores de cualquier índole y militares. Todos podemos ejercer la Fuerza y la Voluntad Divina, pero para no hacer daño con ella, debemos ejercerla con Amor, y así no convertirnos en autoritarios, dictadores o tiranos. Cuando expresamos: "No puedo", "no tengo ganas", estamos negando y anulando la capacidad que tiene la Voluntad Divina de la Llama Azul en nosotros. 
La Voluntad Divina se expresa en el "Dulce Sacrificio" -que no es sufrimiento, sino un acto sagrado- que nos impele a actuar por el bien de los demás. 
La palabra "sacri" quiere decir "sagrado", y "oficio" significa "hecho". 

La Clave del desenvolvimiento de Dios en nosotros es ofrecer nuestras capacidades, facultades, dinero, influencias, todo tipo de dotes personales, atractivo, inteligencia, facilidades económicas y sociales, contactos, destrezas y poderes, a la expansión de la "Enseñanza Espiritual". 

Cuando activamos esto, nos encontramos en los últimos pasos de la evolución en la Tierra.