martes, 7 de febrero de 2012

EL AMOR DIVINO NUNCA FALLA

 Afirmaciones como "El Amor Divino nunca falla" o "El Amor Divino resuelve cualquier problema" aparecen una y otra vez en los libros de metafísica y, por supuesto, son perfectamente veraces.

Pero no siempre se siente que los escritores ni los lectores entienden claramente lo que denotan. Es cierto que muchas personas creen firmemente en ellas y, no obstante, obviamente han sido incapaces de probarlas mediante la demostración. ¿Por qué?

La explicación radica en que, consciente o inconscientemente, las personas piensan que el Amor Divino es una especie de poder ubicado fuera de sí, probablemente está arriba en el firmamento, como el cielo ortodoxo y esperan que en poco tiempo, si piden con la fuerza  suficiente, este Poder bajará a rescatarlas.

Como regla general, no admitirán que abrigan una idea de este tipo, pero yo creo que eso es realmente en lo que están pensando. De hecho, no existe tal poder externo y por tanto, no se puede recibir ayuda de esa manera.
El único lugar en que puede existir el Amor Divino, en cuanto a ti concierne, es en tu propio corazón. Cualquier amor que no esté en tu corazón no existe para ti y, por lo tanto, no podrá afectarte en forma alguna.

Las trascendentes actividades de Amor y luz son las condiciones naturales en que Dios creó y espera que sus hijos humanos manifiesten obedeciendo su orden de Amor. No existe lo que se llama una condición sobrenatural en ninguna parte del Universo. Todo lo que es trascendente, bello y perfecto es natural y de acuerdo con la Ley del Amor. Todo lo demás es sub natural.

La  experiencia diaria de la Hueste de Maestros Ascendidos es la perfección en que los hijos de Dios tenían que vivir siempre. 
Cuando los hijos de la Tierra le dan la espalda al Amor, están deliberada y conscientemente escogiendo la experiencia caótica. Quien pretenda existir sin Amor no puede sobrevivir en ninguna parte de la Creación, ya que sus esfuerzos no redundarán sino en fracaso, miseria y desilusión. A toda cosa que le falte amor tiene que retornar  el caos para que la sustancia sea utilizada  de  nuevo  y producir una nueva y perfecta forma en combinación con el Amor.

Esta es la Ley de la vida, tanto universal como individual. Es inmutable, irrevocable, eterna y sin embargo benévola, ya que la creación de la forma existe para que Dios pueda tener algo en que derramar Amor y así expresarse en acción, Esta es la Ley de la Magna Presencia de la cual procede todo lo demás, es el Manto de la Eternidad, la inmensidad y brillo de esa perfección que no puede ser descrita en palabras.
Si no hubiera estas condiciones de vida y experiencia actuales, reales,  permanentes y perfectas que trascienden toda descripción humana, la existencia no sería sino una parodia de la estupenda actividad llamada vida que circula eternamente a través de la creación. 

Existen en esas esferas más altas y armoniosas, trascendentes reinos de actividad y conciencia, individual y cósmica, donde la creación está en continua acción, en alegría, en amor, en libertad y perfección.
Estos reinos de vida son hechos de sustancia cargada de amor, donde no es posible que exista una cualidad o actividad de discordia, imperfección, o desintegración, ya que están basados en amor. La perfección de tal manifestación se mantiene eternamente activa, siempre expandiendo y bendiciendo con su gozo y esto existe totalmente.

Tus propias malas creaciones te llevan y te fuerzan hasta que aceptes comprender la vida y obedecer su Ley UNA que es el Amor. Giras a través de vida tras vida experimentando una discordia y otra discordia hasta que aprendas a vivir con esta Ley de Amor. Esta es la actividad obligada a la cual nadie escapa y continúa hasta que el ser exterior indaga la razón de su miseria y comprende al fin que su alivio de la experiencia de sufrimiento sólo puede venirle por la obediencia a la Ley del Amor.

Tal obediencia comienza como un sentimiento de calma, de paz y de bondad, cuyo centro está en el corazón. Su contacto con el mundo exterior tiene que venirle por un sentimiento interior. El Amor no es una actividad mental sino la pura y luminosa esencia que crea la mente. Esta esencia de la gran Llama Divina fluye a la sustancia y constantemente se derrama como perfección en forma y acción.

El Amor es la perfección manifestada. Sólo puede expresar paz, dicha y una descarga de esos sentimientos hacia toda la creación incondicionalmente. No pide nada para sí mismo porque está eternamente autocreándose, siendo el latido del Corazón del Supremo. El Amor es dueño de todo y sólo está ocupado en implantar el Plan de Perfección en acción y en todo. Es un constante derrame de sí mismo. No toma en cuenta lo que ha sido otorgado en el pasado sino que recibe su dicha y mantiene el equilibrio por la continua descarga de sí mismo. Por el hecho de que esta perfección está contenida en el Amor, siempre fluyendo, es incapaz de grabar otra cosa que sea contraria a sí mismo. R.C.

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