jueves, 8 de marzo de 2012

CRISTO SANADOR

De la Divina Presencia de Dios "YO SOY" desciende un rayo de Luz que se ancla en nuestro interior como el Cris­to, y cuando estamos necesitados de salud, Él es nuestro "Cristo Sanador", el Principio que nos da la vida. Tu Cristo Sanador Interno es aquello que vive en el estado de Salud Perfecta y está esperando que le hables, que te pongas en contacto con Él, porque su misión es ayudarte a manifestar Salud.
Todos llevan esa tuerza, ese "Principio Vital" que es Dios mismo, sea la persona buena, mala o desagradable; cristiana, mu­sulmana o de cualquier otra religión. El Principio Vital de Salud es Dios mismo, con todo su poder y capacidad de producir Curación, andando contigo a cada instante, desde que te levantas hasta que te acuestas. Él es lo que de una u otra forma la religión ha llamado el Ángel de la Guarda, que es Dios mismo dentro de ti.
Cada uno de nosotros es un hijo de Dios perfecto. Acuérda­te que Jesús dice: "Sois Dioses", y que el "Génesis" de la Biblia afirma: "YDios creó al hombre a su imagen y semejanza". Ese Principio Divino al que se refiere la Biblia al decir que "sois dio­ses", es el Cristo Interno.
Cuando uno comienza a pensar en Salud, a meditar en su Cristo Interno, se empieza a despertar esa Conciencia Crística de Salud, y comienzas a hacer milagros como Jesús. Pero no te asom­bres de poder hacer esto, ya que Él no ha sido el único; los ha po­dido hacer todo aquel que se ha conectado con el poder del Cris­to Sanador.
En la medida en que comiences a pensar y a meditar en tu Chispa Divina como Salud, la irás despertando como tu Médico Celestial. Activando tu Cristo Sanador, atraerás el poder de la Sanación.
Cada mañana, en la meditación y durante el día, en cualquier lugar en que te encuentres, puedes llevar tu atención hacia tu San­to Cristo Propio Sanador. Esta práctica te llenará de mucha paz y gozo espiritual. La puedes hacer de la forma siguiente:
Relaja todo tu cuerpo, bien sea que estés acostado o senta­do. Visualiza o imagina dentro de ti una luminosidad de mil soles; trata de ver en tu interior un esplendor que sobrepasa toda imagi­nación, y desprendiéndose de él, observa una Llama Verde de Sa­lud. Como todo ser humano tiene su Cristo Interno Sanador, ya no podemos volver a pensar en las personas de acuerdo a las enfer­medades de sus personalidades, sino mirar el Cristo Sanador que vive en su corazón y saludarlo.
El regalo más grande que puedes ofrecerle a alguien que ten­ga una apariencia de enfermedad, es reconocerle, bendecirle y des­pertarle el Cristo Sanador Interno que lleva, diciéndole como salu­do: "¡Bendigo tu Cristo Sanador Interior!". Tú puedes llamar a tu Cristo Sanador Interno para todo lo que necesites, cuando quie­ras curar algo. Reconoce que el Cristo Sanador es Dios dentro de ti, con todo Su Poder.
Cuando nos enfermamos y deseamos curarnos, o queremos darle ánimo a un enfermo, podemos expandir la conciencia e incluso repetir verbalmente: "Yo Soy el Cristo Sanador", Podemos ha­cernos amigos de nuestra "Conciencia Crística" y abarcarla como salud para nuestro cuerpo. "El Cristo" dirige todas las funciones biológicas de nuestro vehículo físico de manera perfecta, porque lle­va impreso el "Plan Divino de Perfección" del funcionamiento de nuestro cuerpo. SÍ necesitamos salud, reconozcámoslo como el CRISTO SANADOR. No hay dolor que el Cristo no borre. "El Cristo Sanador dentro mí cura ahora toda apariencia de en­fermedad".
"En el Nombre de la Divina y Todopoderosa Presencia de Dios, nos declaramos abiertos a todas las fuerzas salutíferas del Universo". Gracias Padre.

Título original del libro: Cúrate a ti mismo
Autor: Rubén Cedeño
Editor: Fernando Candiotto
Edición conjunta: Editorial Manifestación  Editorial Señora Porteña

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