domingo, 17 de junio de 2012

ARMONIA DEL FACILITADOR Y ESTUDIANTE ESPIRITUAL


ARMONÍA DEL FACILITADOR Y ESTUDIANTE ESPIRITUAL
Rubén Cedeño 
Del libro Facilitador Espiritual.
 


New York, 20-12-2004
     El facilitador y estudiante espiritual, con tantas actividades espirituales donde participa, manteniendo un estado de conciencia en el plano tan alto de la Enseñanza, escuchando a diario las Llaves Tonales, meditando frecuentemente, contemplando las fotos de los Maestros, Santos y Dioses, vistiéndose con los colores de los Rayos cada día, usando los aromas esenciales, teniendo lecturas tan maravillosas y con una dieta natural, sin darse cuenta comienza a vivir en un verdadero paraíso armónico, donde los problemas del mundo parece que no se inmiscuyeran, y cada vez que alguna inarmonía, por muy pequeña que sea, pretende colarse dentro de su universo, a fuerza de decretos y tratamientos la saca de tajo; así va avanzando en el diario caminar, como una presencia armónica, bendiciendo a su paso todos los reinos de la vida circundante. Para eso es que se estudia la Espiritualidad y se pone en práctica, y esta vida radiante es el efecto, el premio al esfuerzo por vivir armónicamente.

http://www.metafisicasedecentral.com/IMAGENES/arabesco_biselado.gif

"ERRORES"
Rubén Cedeño

"SABIO LIBRO DE LOS PRECEPTOS"


1. No todo lo que llamamos errores lo son. Muchas veces lo que es un error para uno, no lo es para otro. No hay mejor maestro que un error cometido y corregido por uno mismo o por la ayuda de otro.

2. Todos estamos propensos al error, pero no es malo cometerlo es para que seamos más humildes y no creernos perfectos y sobre todo para aprender. Viendo nuestros errores podemos ser más comprensivos y compasivos con los errores de los demás. Si no fuera así, seríamos de un orgullo insoportable.

3. No pasa nada grave cuando se cometen errores, no hay nada que perdonar, solo hace falta que la persona aprenda y le quite poder a las cosas sin importancia como el temor a cometer errores, a ser corregida y afrontar las consecuencias de ello sin armar tragedias, alborotos emocionales que a veces duran meses y años pudiendo sólo durar minutos. Es como cuando se comete un error en la escuela sacando una cuenta en la actividad de matemáticas, que se borra el pizarrón sin llorar y se saca la cuenta de nuevo de forma correcta y sin llorar. Aquí no hay que pedir perdón, no hay nada que perdonar ni por qué llorar ni acomplejarse. Así es el proceso de aprendizaje de la forma más fácil.





 


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