lunes, 1 de octubre de 2012

Conocemos al Amado Honén?



-Conocemos al Amado Honén?

En el siglo XII, en medio de las creaciones humanas imperfectas que sufría Japón para ese entonces, el Amado Honén –un Maestro del Segundo Rayo Dorado- era un monje Tendai. 

Él recibió, del Corazón de Amida Buddha, el conocimiento de la Tierra Pura de la Luz Infinita del Esplendor sin Límites, como una respuesta solucionadora al hambre espiritual de la gente y sus necesidades internas.

El Amado Honén logró su realización haciendo el Nembutsú, que es la afirmación “Namú Amida Butsú”.

Honén empezó a moverse fuera de los conventos para ayudar a TODOS los seres humanos a alcanzar la Iluminación. 

Fue entonces cuando la difusión del Nembutsú comenzó a desempeñar un trabajo trascendente en el pueblo japonés, haciéndose populares Amida Buddha y su afirmación.

El Amado Honén atrajo a otros monjes, y juntos, difundieron las Enseñanzas de Amida Buddha.

Honén abandonó la vida monástica para compartir el Camino del Nembutsú con la población común, y armó tal revuelo con la Luz de esta Enseñanza, que fue culpado de incitar una revolución social y fue desterrado de Kyoto; pero Él usó el destierro para mantenerse en constante contacto con la gente corriente, ya que su Enseñanza es fácil de practicar, un camino corto y fácil de seguir para toda la gente, aún la más sencilla.

Aquellos que quieran abandonar este mundo corrupto del samsara y que aspiren a la Tierra Pura de la Luz Infinita del Esplendor sin Límites de Amida Buddha; aquellos que estén confundidos sobre las creencias y prácticas espirituales de los grupos, que tengan la mente oscura y estén faltos de sabiduría, agobiados por el mal karma y muchos obstáculos, deben practicar, por todos los medios, las Enseñanzas de Amida Buddha y Su supremo sendero directo a la Iluminación.

El único deseo del Amado Honén fue implementar la práctica de la Compasión. 

Después de la Ascensión del Amado Honén, sus seguidores fundaron, con esta enseñanza, una escuela llamada Jodo Shinshu o Buddhismo Shin.

Del libro: “Rayo Dorado”, de Rubén Cedeño; pág. 189/190. Edición Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario