miércoles, 28 de noviembre de 2012

El Espíritu de la Navidad es un Ángel Solar






ESPÍRITU DE LA NAVIDAD

     El Espíritu de la Navidad es un Ángel Solar, ya que su existencia se debe al movimiento de la energìa del sol.
Es de una radiación inmensa y se lo conoce con diversos nombres, uno de los cuales es Natívitas.
Su resplandor es tan grande que se expresa como una Estrella de nueve puntas con radiación Verde, Blanca y Rubí, que desciende el 21 de Diciembre, el día del Solsticio de invierno del hemisferio norte.
El solsticio es el punto en que el Sol está más lejos del Ecuador de la tierra; esto sucede dos veces al año, ocasiones que se celebran como momentos culminantes, llenos de mucho significado.
Cuando el Sol está hacia el Polo Norte, se llama "Solsticio de Verano Norte", y esto sucede el 21 de Junio, cuando hace calor en los Estados Unidos y Europa, y frío en Argentina, porque el sol incide más sobre el norte de la tierra, haciendo que los días allí sean más largos, y las noches, más cortas.
Cuando el Sol está hacia el Polo Sur, se llama "Solsticio de Invierno Norte", y esto ocurre el 21 de Diciembre, día en que desciende el Espíritu de la Navidad; esta es la verdadera Noche de Navidad y Año Nuevo, cuando comienza el verano en Argentina, y el invierno en España y los Estados Unidos de Norteamérica.
Es el momento en que el Sol se encuentra en su punto extremo en el Polo Sur y emprende su camino hacia el Polo Norte, naciendo el Sol para todos los países del norte; la vida que parecía morir por el invierno, renace para continuar el ritmo cósmico natural de las estaciones.
En esta fecha, las noches son más largas en el Polo Norte, y los días, más cortos.
En esa noche, que es la más larga del año, se dice que nació el Maestro Jesús, porque el Sol es la vida, y Jesús El Cristo es la vida espiritual; ambos se han fundido: el mito solar con el cristianismo, pues se ha comparado a Jesús con el Sol.
El Espíritu de la Navidad, como todo ángel, existe para quien lo siente y piensa, y de esa manera es atraído; si no se le da energía, pasa desapercibido, como le sucede a los hindúes y a otras naciones orientales.
Así que nosotros somos responsables, creadores y artífices de la radiación tan hermosa que existe en Navidad, y esto constituye una gran oportunidad que tenemos en el año de manifestar bondad.
Para cada estudiante, grupo o familia en particular, el Amado Natívitas puede llegar en un momento diferente, después del Día de Acción de Gracias, y es el instante en que uno siente dentro de su corazón que "llegó la Navidad".
El día del Solsticio -o la llegada del Espíritu de la Navidad- siempre se ha celebrado en la historia de la humanidad, aunque no con ese nombre.
En Egipto se decía que nacía el "AION", relacionado con una cruz y una estrella, también con el día en que la Madre Isis alumbraba al dios Horus y nacía el dios Osiris.
Para otras creencias y religiones era el día del nacimiento de diversos dioses, como Mitra, Dionisio y Apolo.
Los romanos celebraban el "Natalis Solis Invicit" -o "nacimiento invicto del sol"-, y los griegos, las "Saturnalias" en honor al dios Saturno.
Como el día del Solsticio, cuando desciende el Espíritu de la Navidad, era una fecha tan sagrada en la antiguedad, el Papa Julio I, en el año 345, con mucha lógica y criterio, la asoció con el nacimiento de Jesús y la colocó en una fecha fija el 24 de Diciembre.
El Espíritu de la Navidad emana tres brillantes radiaciones: Primero que nada, la de color Rubí, que produce prosperidad, deseos de regalar, salir de compras a los centros comerciales, preparar comida, hacer grandes cenas y decorar.
Cuando viene la Navidad somos inegoístas, pensamos en regalarle a todo el mundo, y el Espìritu de Navidad es el que nos trae ese impulso de regalar.
Es grandioso: Una vez al año somos inegoístas, pensamos en aquella persona que nos ha dado y le retribuimos con un regalo de Navidad.
La segunda radiación del Espíritu de la Navidad es Verde, que es alegría y entusiasmo, y da deseos de salir cantando por las calles a celebrar y cantar villancicos.
Por último, el color Blanco, que irradia pureza, belleza, paz y elevación, impulsándonos a ir al templo, vivir en paz, meditar, y dàndonos un poco de mística nostalgia, buscando estar en familia.
El Espìritu de la Navidad es susceptible a los adornos navideños, como las estatuas de San Nicolás, la nieve, el dar regalos y tarjetas, hacer arbolitos, ruedas de pino, nacimientos, la comida navideña, el canto de villancicos; también a olores como el de pino y a las canciones como "Noche de Paz" de Grüber y "White Christmas" de Berlín, melodías que, al oírlas, incorporan dentro de nosotros, el país y la tierra, el Espíritu de Amor, Paz, Concordia, Alegría y Prosperidad de la Navidad.
En toda Navidad debe brillar una Estrella en la puerta de la casa, arbolito o nacimiento de cada estudiante espiritual, tan bella como la visiòn que tenga el estudiante del Espíritu de la Navidad, para que cuando descienda el Espíritu de la Navidad el día del Solsticio, entre a la casa y lo bendiga con todos sus regalos de provisión, amor y paz, y allí se ancle para irradiar su Energía.
El Espíritu de la Navidad es la alegría, belleza, musicalidad y prosperidad pura que siempre se ha expresado en Diciembre, y no necesita de rituales extraños, ni de ninguna extravagancia supersticiosa u ocultista.
El Amado Santa Claus es una de las formas en que se expresa el Espíritu de la Navidad, dándoles regalos de vida y alegría a todos los pueblos de la Tierra.
Muchas personas materializan al Espíritu de la Navidad en estatuas parecidas a la de Santa Claus.
Generamente, para el día de la llegada del Espíritu de la Navidad, se suelen hacer cenas, intercambios de regalos, clases sobre el Espìritu de la Navidad y el Servicio de los Ángeles.
La celebración de la Navidad comienza el día de Acción de Gracias, la última semana de Noviembre, y desde entonces podemos inundar nuestro mundo con elementos navideños, dejándonos durante siete semanas, hasta después del día de Reyes, el 6 de Enero.
Dice el Espíritu Santo: "El Espíritu de la Navidad es una emanación de Amor que se vierte sobre la Tierra como una Lluvia Dorada de hermosas partículas de Luz, que contienen todas las Cualidades Perfectas de los Ángeles, Maestros Ascendidos y demás Seres Divinos.
Cada partícula es como una Estrella de nueve puntas, y toda la atmósfera inferior de la Tierra y los cuerpos de toda la gente son envueltos en esta emanación.
Su poder se va incrementando hasta la víspera de la Navidad, cuando Su potente Presencia es casi palpablemente sentida incluso por las mentes más superficiales y menos refinadas.
A esa efusión de todos los Seres Celestiales, se suma una tremenda Radiación desde los Retiros Etéricos y Santuarios del Mundo, bajo la protección y guía directa de los Maestros y Chelas conscientes.
Durante la época de Navidad, la atmósfera de la Tierra está literalmente llena de "polvo de estrella", sustancia que la gente inspira inconscientemente, pero que produce en sus cuerpos internos una sensación de Bienestar, Paz y Felicidad, que atribuyen al Espíritu de la Navidad".
Cuando viene la Navidad, se incrementa la efusión de afecto de la Estrella del Amor, porque la conciencia de la humanidad se eleva, causando que se sienta Paz y mucha espiritualidad.
De manera que es una oportunidad tremenda el utilizar toda esta fuerza adicional que se tiene a mano, para perdonar, regalar y dispensar alegría.
Para el advenimiento del Espíritu de la Navidad se despliegan por toda la tierra millones de Coros Angélicos de la Navidad, prodigando milagros, alegría, curaciones, y dando gratas sorpresas.
Los Ángeles de la Navidad tienen su música particular, que es "Les Anges dans nos Campagnes", y cuando esta se oye, ellos acuden por centenares.
No hables mal de la Navidad; no te quejes del tránsito, del gentío, la comercialización y el agite.
Da gracias a Dios por estar vivo en esta Navidad, con todos nosotros que te amamos como el ser más especial de la tierra.
No importa cómo te hayas comportado, nosotros te perdonamos y olvidamos aquello que no sea igual a la verdad en ti.
Sonríe, es Navidad.
Canta, es Navidad.
Llena tu corazón y el mundo con tu cantar.
Deja que el Esritu de la Navidad te embriague, y cuando estés en éxtasis de alegría y llorando de gozo, extiende tu corazón a todos los seres del planeta Tierra,  los Ángeles, Maestros y Seres de Luz, y repite con todos:

¡Es Navidad! Paz, Paz, paz.                 

Del Libro ESPÍRITU DE LA NAVIDAD (pág. 40-45) - Autor: RUBÉN CEDEÑO
Edición Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN & ED. SEÑORA PORTEÑA
            

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