jueves, 1 de noviembre de 2012

EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA




EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA
     Repetimos como loros en el Padre Nuestro: 
"El pan nuestro de cada día dánoslo hoy", y al terminar de rezar, decimos: "No tengo trabajo", "no me alcanza el sueldo", "todo está muy caro", "no tengo un peso". 
¿Y dónde se quedó esa afirmación del Padre Nuestro? 
Una de dos, o Jesús era un mentiroso y usó esa frase de adorno, que no nos sirve para nada, o tú andas aplicando mal la oración. Creo que de las dos opciones, la última es la que te está sucediendo, ya que Jesús no dio ninguna enseñanza falsa, y cuando expresamos: 
"El pan nuestro de cada día dánoslo hoy", es para que ese "pan" lo tengamos a cada momento y sin fallar jamás.
     Cuando en la Biblia aparece la palabra "pan", es sinónimo de suministro de "toda cosa buena" que necesitamos en la vida, como puede ser la comida misma, ropa, transporte y otras cosas indispensables para vivir decentemente, como por ejemplo la casa, el trabajo, una cama, una silla, una cocina y tantas menudencias más.
     Por lo tanto, al afirmar: "El pan nuestro de cada día dánoslo hoy", estamos decretando el suministro de todo lo que necesitamos para vivir aceptablemente, como es lo normal en este siglo XXI. Pero si después de afirmarlo lo desbaratas con la interminable lista de "no", afirmando imposibilidades, pues vivirás como el resto de la gente que reza y reza, y pareciera que sus oraciones no llegan a ninguna parte. Y no es que no se manifieste lo pedido; es que Jesús dice: "Como creíste te será hecho". Creer en el uso positivo de la mente, los sentimientos y los decretos, es todopoderoso.
     En otro momento, Jesús afirma: "Por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado". Esta es una enseñanza clara y contundente de Jesús, de que el decreto determina cómo hemos de vivir: bien o mal.
     Para aclarar más esta instrucción, Jesús enseña: "Lo que entra en la boca no contamina al hombre, sino lo que sale de la boca, esto contamina al hombre".
     Eso que sale de la boca son los decretos, que es lo que nos daña o, por el contrario, nos hace felices en el vivir. Esto es lo que llamamos hoy en día, decretos, afirmaciones o aplicaciones.
     Veamos una de las enseñanzas más bellas de Jesús, que además de ser poética nos ilustra muchísimo sobre cómo llevar una vida próspera, teniendo "el pan nuestro de cada día": "No os angustiéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, que habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?".
     Cuando Jesús manifiesta que no nos preocupemos por lo que vamos a comer, beber o vestir, porque Dios lo provee, no quiere decir que te acuestes a dormir sin salir a trabajar. ¡No! Es que Dios nunca te va a dejar sin alimento, ropa o toda cosa que necesites para vivir cómodamente.
     Jesús continúa:  "Mirad la aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?".
     Así que ten fe, que el Padre nunca te va a dejar sin tu sustento; te proveerá de casa, ropa, transporte y todo lo que necesitas. Pero eso sí, no desbarates esta dádiva haciendo afirmaciones negativas contrarias a lo que Jesús enseña.
     Jesús agrega: "Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos ...
     ...No os angustiéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, qué beberemos, o qué vestiremos?".
     Fíjate que Jesús da la clave de no ser negativo, al decirte que no te angusties por no poseer las cosas.
     "Vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas". Ya Dios sabe todo lo que nos hace falta y lo tiene listo para enviárnoslo, pero si lo negamos, no nos llega. Es como tener una pizzería al lado de tu casa y que mientras estás muriendo de hambre, te pongas a decir: "esas pizzas no sirven", "están mal cocidas", "no las compres"; aunque sean riquísimas, te las estás perdiendo, y puedes desfallecer de hambre, que esas pizzas para ti no serán alimento.
     Jesús nos aconseja pensar y buscar las cosas en el plano espiritual, primero que nada. El Plano Espiritual está lleno de Amor Divino, Provisión, Buena Voluntad, Belleza, Armonía, Soluciones, Salud; allí no existe la carencia, el engaño, la enfermedad, los problemas, ni nada desagradable; por eso, uno siempre debe buscar la referencia hacia el plano espiritual.
     Jesús recomienda: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas".
     Esto quiere decir -a las claras- que hagamos al revés de cómo actúa el común denominador de la gente, que primero busca su estabilidad física y económica, y luego se va a la iglesia a orar, porque no nos conviene proceder así.
     Ocúpate primero de Dios: asiste ante todo a tus charlas espirituales, reuniones de servicios, oraciones, y luego ocúpate de las cosas del mundo; esto es una fórmula infalible que nunca te defraudará, ya que si tú tienes a Dios en el primer lugar de tu vida, Dios también te tendrá a ti, en el primer lugar de la Suya.
     Si primero piensas en tu seguridad laboral, que no te vayan a botar del trabajo, en lo que vas a comer o vestir, y de último en tus clases de espiritualidad, servicios y demás asuntos referentes a Dios, verás cómo se derrumba todo tu mundo material, tal cual vimos caer las Torres Gemelas de Nueva York.
Extraído del Libro PROVISÓN (pág 26-29) - Autor: Rubén Cedeño - Edición Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA
   

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