jueves, 29 de noviembre de 2012

LA VERDADERA HISTORIA DE SANTA CLAUS


LA VERDADERA HISTORIA DE SANTA CLAUS

Todos los 6 de Diciembre se celebra el día de Santa Claus, ya que él es un Ser de Luz que existió verdaderamente.

Hace aproximadamente mil quinientos años, en el pueblo de Pátara, en las costas del Mar Mediterráneo, en Asia Central, nació un niño de padres muy ricos a quien le pusieron por nombre Nikelaos, que quiere decir “la victoria del pueblo”; en castellano es “Nicolás”, y en inglés, “Claus”.

Desde muy pequeño Claus desarrolló un profundo amor por el Maestro Jesús, y se hizo la promesa de vivir como Él: ayudando a los pobres, sanando a los enfermos, perdonando a sus enemigos, haciéndole el bien a todos y dejando que los niños se le acercaran para bendecirlos.

Los padres de Clauss desencarnaron cuando él todavía era un adolescente, y quedó rico siendo muy joven.

Claus comenzó a usar la fortuna que le heredaron sus padres para hacerle el bien a los demás.

Un amigo de Claus, tan rico como él, quedó arruinado y con tres hijas que mantener.

El pobre hombre se vio tentado a vender sus hijas para que no pasaran hambre.

Claus se enteró, y cada noche se subía al techo de su casa, bajaba por la chimenea y a escondidas le dejaba fantásticos regalos en oro.

Muy cerca de Pátara, en un pueblo llamado Myra, había un Obispo que estaba muy viejo, cansado y no encontraba quién lo sustituyera en su cargo.

Un día, el viejo Obispo le dijo a Jesús en oración que ya no aguantaba más y que al próximo hombre que entrara por la puerta de la iglesia, le daría su cargo de Obispo.

Claus, que pasaba en ese momento por allí, se le ocurrió entrar, y al hacerlo, sorpresivamente fue convertido en Obispo de Myra.

Claus, como Obispo de Myra se dedicó a lograr que la gente pusiera en práctica las enseñanzas de Jesús, amando al prójimo como a sí mismo, dándole de comer a los que tenían hambre, perdonando a los agresores y llenando de bendiciones a todo el pueblo donde vivían y demás poblados cercanos.

Claus tenía la fama de ser santo.

Una vez había una gran escasez de alimentos en Myra, y cerca al puerto pasó un barco cargado de provisiones.

Claus le pidió al capitán del barco que dejara el cargamento, para que la gente comiera y no se muriera de hambre.

El capitán aceptó, dejando las bodegas del barco completamente vacías.

Tan pronto el barco zarpó, Claus hizo el milagro de que las bodegas se llenaran nuevamente de alimentos.

Había en Myra un hombre muy malo a quien le gustaba matar a los niños y servirlos como comida en el restaurante que tenía.

Santa Claus, al enterarse de esto, corrió hacia el restaurante, regañó al señor diciéndole que eso no se hacía, y con un poder maravilloso dado por Dios, resucitó a los niños que habían sido sacrificados.

Cada Diciembre, Claus se dedicaba con esmero a recibir al Espíritu de la Navidad, celebrando, el día 24, el nacimiento de Jesús, repartiéndole regalos a la gente, especialmente a los niños.

En una Navidad, unos pillos, por maldad, decidieron quemar la iglesia de Claus y todo quedó vuelto cenizas, menos un Niño Jesús que se salvó milagrosamente, porque Claus lo sacó acurrucado entre sus brazos sin quemarse, mientras en su cara se dibujaba una gran expresión de victoria y alegría.

Claus tenía una risa agradable con carcajadas muy fuertes que a los niños les encantaba.

Cuando él reía la naturaleza entera se llenaba de alegría y desaparecían las tristezas de todos los corazones.

Un día 5 de Diciembre, cuando Claus se preparaba anticipadamente para recibir la Navidad, Dios lo llamó a Su lado para que Lo ayudara desde el cielo en las festividades navideñas.

A partir de ese día Claus se dedica a ayudar a Jesús en estas fiestas, suministrándole dinero a los padres de los niños que se portan bien todo el año, para que la noche de Navidad les compren juguetes en nombre de Claus y el Niño Jesús.

Del libro: “Espíritu de la Navidad”, de Rubén Cedeño; pág. 26 a 29.

Edición conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA.

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