lunes, 24 de junio de 2013

Decimos que amamos a los hijos

FALSO AMOR A LOS HIJOS


Decimos que amamos a los hijos, pero muchos de nuestros hechos demuestran que no.

Los manipulamos, controlamos, absorbemos, creamos dependencia y ataduras, porque tememos quedarnos sin ellos y andar o llegar a viejos solos.

No queremos que el hijo se nos vaya o se vaya con una pareja, por temor a la soledad.

Entonces, en vez de querer a los hijos, tenemos apego con egoísmo.

Cuando se nos muere un familiar, muchas veces lagrimeamos amargamente, pero no lloramos al familiar, lamentamos nuestra soledad al imaginar la vida que vamos a llevar sin esa persona que se nos murió.

Uno llora por uno mismo, que su desgracia, y allí no hay Amor.

Rubén Cedeño;”Rayo Rosa”. – Edic.conjunta: EDIT.MANIFESTACION & EDIT.SEÑORA PORTEÑA.



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