martes, 28 de octubre de 2014

METAFÍSICA SIN TÍTULOS Por Rubén Cedeño

METAFÍSICA SIN TÍTULOS
Por
Rubén Cedeño
RUBÉN CEDEÑO RESPONDE A EDGAR SHAISTER
Granada 28.10.2014
¿Por qué en la Metafísica no se manejan rangos ni títulos espirituales como por ejemplo: Maestro, gurú, instructor, guía, mensajero de los maestros ascendidos, encarnación de la divinidad, director, presidente etc.?
¿Y para qué en la Metafisica se van a manejar rangos, títulos espirituales como de maestro, gurú, instructor, guía, mensajero de los maestros ascendidos, encarnación de la divinidad, director o presidente?, 
¿Para que sirven estas cosas?, ¿De qué son útiles? ¿Para que se respete a la gente?, ¿Tener autoridad? 
Todo eso se acaba con un revés de las leyes de la vida, llamado por algunos destino, también con la muerte del cuerpo físico, todo eso es efímero, creación humana, pasajero. 
Si alguien es o ejerce en realidad un cargo sea espiritual o físico que lo demuestre en el campo de la acción de la terrena lucha, trabajando, manifestando lo que es, no ostentando un titulo por vanidad, sino ejerciéndolo. 
Además, ¿tu sabes todo el orgullo que despierta ostentar un titulo espiritual?, Es algo tan nefastamente terrible, que es una gran protección no tener ningún titulo. Si acaso se tiene el cargo de algún titulo como puede ser el de Maestro, Director o Gurú, es mejor ignorarlo que nadie lo use para no despertar el gusanillo del orgullo espiritual que a la larga se convierte en una devoradora anaconda que termina deglutiendo dentro de sus fauces hasta las mas hermosas promesas de espiritualidad.

Una vez siendo muy joven, ya era profesor en el Conservatorio de Música y para un joven era todo un honor ser llamado “maestro” o “profesor” y comencé a estudiar pedagogía del “Aula Abierta” según Piagett y allí aprendí que cuando la “clase” del “aula tradicional” se convierte en una “actividad”, desaparece la autoridad y el titulo de profesor y al que desempeña este cargo se le suele llamar por su nombre común, sin ninguna titulo. 
Esto tuvo un eco maravilloso en mi alma, me gusto mucho ese mismo día al llegar al conservatorio le dije a todos mis alumnos que me llamaran simplemente “Rubén” y no me dijeran mas nunca profesor. 
A pesar de tener títulos por los cuales puedo ser llamado, esta decisión la extendí sobre mis actividades de Metafísica y eso lo he conservado a lo largo de toda mi vida, y así se lo he transmitido a las personas que Dios me da la fortuna de poder formar en la “Docencia Espiritual”, que jamás usen títulos de ninguna índole y es la razón por la cual no los usamos.
 
Cuando no hay títulos como de “mensajero”, “misionero”, “iniciado” o “califa” estamos a ras con ras con todo el mundo, tanto la gente del pueblo y de allí hacia arriaba, con todos. 
Eso me parece hermoso, no diferenciarnos de nadie, ser uno con todo el mundo, es ser incluyente. 
Cuando hay títulos no se es incluyente. 
No usar títulos y ser incluyente es una forma de manifestar amor a todo el mundo. 
Eso si, el que no se usen los títulos, y no se llame a la gente por ellos, no quiere decir que no existan rangos, diferencias y jerarquías, claro que las existen y a veces mucha, pero esto se lleva modestamente en silencio, dándole a cada quien el respeto, el trato y el lugar que se merece. Esto se dice porque suele suceder, sobre todo en la espiritualidad, que un alto maestro de grandes logros, inescrutables alturas este encubierto en un cuerpo mortal normal, casi siempre con defectos comunes y de trato muy llano. 
Por supuesto los de su entorno y los beneficiarios de sus logros saben de quien se trata, pero a veces por no referirse a esta persona con un titulo, no falta el ignorante o atrevido, sin un poquito de visión del mas allá que lo desprecie, no lo valore y esto es lamentable. Así también es terrible que alguien que es un don nadie, por llevar un rimbombante título sea respetado, admirado y encomiado, cuando a veces lo que es un farsante, corrupto, chantajista espiritual y aprovechador. 
Recuérdense siempre: “EL HABITO NO HACE AL MONJE”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario