miércoles, 19 de octubre de 2011

FENG SHUI DEL HOGAR IV

                FENG SHUI DEL COMEDOR
Al igual que la cocina, el comedor es el lugar donde nos llenamos de la VIDA, y la vida corresponde al Rayo Verde de la Salud.
 El comedor debería ser un lugar dedi­cado exclusivamente a la alimentación y al fortalecimiento de los lazos familiares y afectivos, por lo tanto, toda la ambientación debe apuntar a este objetivo. Pero en muchos de los aparta­mentos modernos, el comedor forma parte del recibidor, que ge­neralmente puede ir de rosa pálido. No hay problemas que sea rosa o verde pálido.
La cabecera de la mesa o el centro de la mesa -si es muy larga y hay muchos comensales- debe ser presidida por la cabeza de familia, cabeza de grupo, facilitador, jefe o gerente, porque es el área de Poder, y sus espaldas deben estar seguras contra una pared.
Es conveniente tener una luz directamente encima de la mesa que ilumine puntualmente el centro de la misma, para que se puedan ver claramente todos los alimentos. Es necesario que la iluminación sea baja.  La luz atrae y ge­nera un centro de atención que favorece la comunicación. Co­mer en la cocina es intimidad, confianza.

La forma de la mesa se puede interpretar de acuerdo con los cinco elementos:
Cuadrada: Corresponde al elemento Tierra; irradia estabili­dad, vida conservadora. 

Rectangular: Corresponde al elemento Madera y establece jerarquías, ya que habrá dos cabeceras más importantes que el resto, la masculina y la femenina, para papá y mamá, o el anfitrión y el invitado. El comensal que se sienta a la cabeza de la mesa o en el medio de ella ocupa la posición de más poder y suele ser el miembro más influyente de la familia. 

Redonda: Corresponde al elemento Metal y simboliza, arquetípicamente, el infinito, la integración, la igualdad y la fra­ternidad. Es el tipo de mesa de la Nueva Era. Redonda era la Mesa del Rey Arturo, una encarnación del Maestro El Morya.
La mejor manera de proceder en la mesa, es esperar que el personaje principal, anfitrión, cabeza de grupo o familia, le asig­ne a cada cual su puesto en la mesa, o que señale que cada uno se siente donde quiera. Evitar en el come­dor, que la mesa se convierta en un depósito de objetos varios.

Los colores de la vajilla y la mantelería son muy importan­tes; es preferible que sean blancos, y la cristalería sin colores, completamente cristalina.
La cubertería es preferible que sea de color metal, y si tiene cachas, que sean blancas, que es un color neutral.  




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